Levrero, La Ciudad, Fragmento.
"A veces pienso que hay un verdadero abismo entre la
gente que anda en las calles, y yo. Me doy cuenta que todos andan ocupados de
un lado a otro en sus cosas, sin maravillarse del absurdo en el que están
inmersos. Yo no puedo dejar de maravíllame, y es en ese preciso punto en que
comiena el sentimiento de lo maravilloso cuando la ciudad se redimen y se
transforma, para mí, en arte. De sufrir la ciudad paso a disfrutarla: la
velocidad de los automóviles, la furia automática de los automovilistas, la
carrera agotadora sin fin, con su tendal
de vidas, la ansiedad, el atroz desequilibrio; el ruido, el humo, la muerte
amenazando en cada cruce, el desgaste inútil de los nervios de las personas. Es
como un cuadro lleno de fuerza, pintado por un loco; es arte contemporáneo en
permanente evolución. Es el fin de la razón, es el comienzo de la liberación.
Las personas ya no son personas, son como los colores que utiliza el artista. Y
el artista soy yo, y él único espectador soy yo, y el espectáculo comienza
cuando llego.”
De:
Mario Levrero
El Alma de Gardel
Brcelona: Debols!llo, 2014
Pp. 98-99
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