—¿De dónde vienen? —preguntó Reordon. —De todas partes —replicó Carmack. Ambos hombres permanecían junto a la carretera de la costa, y, hasta donde alcanzaban sus miradas, no podían ver más que coches. Miles de automóviles se encontraban embotellados, costado contra costado y paragolpe contra paragolpe. La carretera formaba una sólida masa con ellos. —Ahí vienen unos cuantos más —señaló Carmack. Los dos policías miraron a la multitud que caminaba hacia la playa. Muchos charlaban y reían. Algunos permanecían silenciosos y serios. Pero todos iban hacia la playa. —No lo comprendo —dijo Reordon, meneando la cabeza. En aquella semana debía de ser la centésima vez que hacía el mismo comentario—. No puedo comprenderlo. Carmack se encogió de hombros. —No pienses en ello. Ocurre. Eso es todo. —¡Pero es una locura! —Sí, pero ahí van —replicó Carmack. Mientras los dos policías observaban, el gentío atravesó las grises arenas de la playa y comenzó a adentrarse en las agua...
Hace unos días casi me golpeaban cuando estaba contando una película. ¡No nos spoiles la trama”, decía casi llorando un tipo que no había visto El inquilino/ T he tenant de Roman Polanski, una película estrenada en 1976, ¡hace 42 años! En ese momento pensé, ¿cuántos años tiene que pasar de estrenada una película para hablar libremente de ella? ¿Habrá siempre alguien que se ofenda por discutir sobre ciertos giros de la cinta? ¿Los libros como Historia del cine mundial de Georges Sadoul o El film noir de Esquenazi o La pantalla diabólica de Eisner son grandes acumulaciones de “spoilers”? No sé, creo que esto de los spoilers ha llegado a grados absurdos y estúpidos. O tal vez la idea de relatarnos películas era algo bien visto antes cuando se estrenaban con retraso las películas. Pero, además, la crítica de cine exponía de manera clara detalles de la trama para poder exponer de mejor manera p...
"Borges decía que Poe había engendrado un nuevo tipo de lector, alguien que llega al Quijote y lee 'En un lugar de la Mancha' y empieza a sospechar, empieza el juego de suposiciones... Y que luego lee 'de cuyo nombre no quiero acordarme' e inmediatamente se pregunta: ¿Por qué no quiere acordarse el narrador de este lugar? ¿Me está intentando engañar? ¡Sin duda este narrador es el culpable o el asesino!" Camilo Hernández a Ricardo Piglia. Para entender la forma en que Piglia escribe policial debemos entender las dos vertientes en las que se mueve, en los dos escritores en los que regala sus afectos. Uno de ellos es Jorge Luis Borges, desde luego, figura señera, padre omnipresente de la literatura argentina, y por eso mismo tótem al cual se ama y se odia por igual. Piglia siempre ha demostrado una afinidad muy clara por él. En entrevistas, artículos y cuentos muestra su respeto y gusto por el creador de “El libro de arena”, pero también se ha desmarcado...
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