Rojo sobre nieve blanca
La
novela negra mexicana ha tenido un repunte de calidad, como era de esperarse
luego de los últimos acontecimientos políticos y sociales que incluyen lo
necesario para una buena trama: corrupción, narcotráfico e impunidad. Igual que
en la crisis del 29, Estados Unidos vio surgir a Dashiell Hammett y Raymond
Chandler. O el advenimiento de las dictaduras latinoamericanas en los setenta,
una andanada de escritores retomaron el género para plasmar en él su
circunstancia, como Paco Ignacio Taibo II o Roberto Walsh.
En
la época actual existen varias plumas que narran lo que sucede en el país desde
la ficción. Uno de esos es Imanol Caneyada, escritor de origen vasco pero
sonorense por adopción quien aborda en su reciente obra “Tardarás un rato en
morir”, el exilio obligado de un ex gobernador que huye de la justicia y de la
venganza de sus antiguos socios.
Imanol
echa mano de una narrativa, que podríamos llamar de rompecabezas, para mostrar
los diferentes ángulos de la corrupción y del “cuatismo”; esa especie de mafia
mexicana que surge siempre en las escuelas y que hermana a los interesados
mientras crecen. Caneyada salta en el tiempo y cambia de personaje narrador
cada vez que le conviene. Los personajes principales son “El Cabezón”, especie
de consiglieri del festivo y carismático Martín
Torrevieja, llamado también “Señor Gobernador”; y, Aitor Pelletier, un joven
detective de homicidios, con orígenes mexicanos, que debe desentrañar una serie
de brutales feminicidios.
Los
dos fugitivos, “El Cabezón” y Torrevieja, deciden esconderse en las frías
ciudades de Canadá, como lo hiciera en su momento el líder minero Napoleón
Gómez Urrutia. Con este pretexto, Imanol Caneyada nos va contando el auge y la
caída de un grupo que podría ser cualquiera en nuestro país. Un aceitado sistema
donde el narcotráfico alimenta campañas políticas para así comprar impunidad.
Sin embargo, “Tardarás un rato en morir” se aleja de inmediato del llamado
neo-policiaco al no incluir personajes caricaturescos en su narrativa, ni en
convertirse en un instrumento de denuncia. Imanol más bien se acerca a las
intrincadas tramas de Michael Conolly o la complejidad de los personajes de
Patricia Highsmith.
Los
ambientes son oscuros y describen mucho las motivaciones de los personajes: la
soledad del autoexilio, la crudeza de la nieve que no para y los crueles actos
perpetrados por un asesino en serie que utiliza perros para matar. Imanol
Cayenada ha escrito una de sus mejores novelas, superior incluso a la anterior,
“Espectáculo para avestruces”.
Comentarios
Publicar un comentario