Sin guión no hay película

El cinéfilo mexicano sigue prefiriendo
las producciones hollywodenses
buscando lo conocido. Lo cual no es extraño ya que este tipo de cine está hecho
para un consumo masivo y sigue reglas muy claras en su creación. Sin embargo,
otras cinematografías han podido ganarle terreno. En el 2010, según datos del
IMCINE, el 5.7% de los mexicanos prefirieron ver cine nacional mientras que en
el mismo periodo, el 9% de los argentinos asistieron a ver cine de su país.

Atrás quedaron esas salas
abarrotadas en los que la gente se reunía para ver los churros producidos por
los Hermanos Almada; que gritaba enfebrecida con El Santo o que se sobrecogía
con los asesinos urbanos de bajísimo presupuesto. Sin afán de querer regresar a
este tipo de cine de explotación no está de más revisar qué tipo de historias
se están contando en el cine nacional. Tal vez la gente no desea ver un drama
miserabilista al más puro estilo Ripstein o una enésima denuncia de la
descomposición social que vemos todos los días en el noticiero y vivimos en
carne propia. Tal vez el público desea ver otras historias, tal vez va siendo
hora de revisar los guiones y entonces sí, ponerse a filmar.
Columna aparecida en Playboy México.
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