El "padre" de la resistencia civil

De hace unos años a la fecha Henry David Thoreau ha vuelto a tomar fuerza dentro en un grupo cada vez más grande de lectores. Antes, el poeta, filósofo y ensayista norteamericano era conocido por un pequeño grupo de personas que se dejaban influenciar por su filosofía proto ecologista y de tendencias anarquistas. Entre los que aseguran haber leído sus escritos y con ello haber cambiado su forma de lucha fueron Gandhi y Martin Luther King, además del famoso Unabomber.
            Impedimenta, editorial que especializada en publicar literatura de alta calidad pero difícil de encontrar, ha decidió publicar un cómic de la vida de Thoreau. La historia inicia cuando decide construir con sus propias manos una cabaña cerca del lago Walden. Esto sucede justo después de la muerte de su hermano y cuando comienza crecer el descontento por la esclavitud, que daría pie a la Guerra de secesión.
            La novela gráfica, de factura francesa, realizada a la limón por el guionista Maximilien Le Roy y el naturalista y dibujante A. Dan,  resuma romanticismo, a la vez que va hilando acontecimientos importantes de la vida del poeta; retomando diálogos reales de discursos pronunciados por él. Al acabar de leerla uno tiene la certeza de que Thoreau era un soñador, cosa que se refuerza con los muchos planos de acercamiento a su rostro donde sus ojos están en permanente vuelo hacia el cielo.
            Lo que viene a poner el contrapunto es la entrevista que se incluye en la parte final del tomo y que es realizada al especialista en literatura norteamericana del siglo XIX, Michael Gronger, quien refuta muchos de los mitos que se manejan alrededor de la vida del escritor. El primero de ellos es que Thoreau nunca llamó “resistencia civil” a su manera de conducirse (no pagar impuestos debido a que estaba en contra de la guerra México-EUA y porque la esclavitud era permitida), sino que fueron sus editores quienes la bautizaron así al recopilar sus muchos discursos en libros y verse en la necesidad de nominarlos de alguna forma.

            Gronger también es enfático en que Thoreau fue evolucionando en sus ideas hasta llegar a simpatizar con la causa armada. El discurso de simpatía por el ejecutado Jhon Brown, quien intentó robar armas de un destacamento militar para luego pretender declararse insurrecto, lo iban encaminando hacia la acción directa más que a limitarse a los discursos. La novela grafica, por lo tanto, nos habla de un hombre que han querido encasillar como un soñador pacifista y la entrevista nos muestra a un luchador social en toda la extensión de la palabra. Lo interesante es que su vida misma trasciende cualquier forma de encasillamiento.

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